Hoy martes, 14 de octubre, he comenzado a dar clases de nuevo de psicomotricidad, estrenando aula y estrenando sonrisas.
Lo del aula era una vieja ilusión que después de muchos años veo hecha realidad; aún le faltan algunos detalles, pero es un lugar ordenado, con mucha luz y donde mis alumnos van a aprender a identificar las partes de su cuerpo mejor que nadie.
Lo de las sonrisas, ya estaba deseando escucharlas y de encontrarme con mis pequeños alumnos de infantil, esos que dan sentido a muchas cosas y que, a su manera, hacen que la vida sea un lugar que merece la pena vivir.
Va a ser un año muy bonito, donde el cuerpo tiene su propio espacio y donde volveré a volcar todo lo que en su día aprendí y me enseñaron.
Si mueves el cuerpo, mueves el alma y de seguro que tu cerebro te lo agradecerá.
Ole!!!

