Ser padre o madre no implica ser un gran experto en educación; en la mayoría de las ocasiones, basta con recurrir al sentido común, al amor y a la paciencia para solventar pequeños conflictos.

No obstante, a continuación, te ofrezco algunas premisas que te ayudarán a la hora de trabajar con tu pequeño cualquier actividad relacionada con su estimulación:
- Es importante estimular a tu bebé desde el momento mismo de su nacimiento; todo niño, no importa cuán pequeño sea, desea aprender y qué mejor que aprender desde el primer día junto a sus padres.
- Todos los meses, desde que el niño nace, hay que enseñarle cosas nuevas sin por eso dejar de incentivarlo con los mismos estímulos o muy parecidos a los de los meses anteriores.
- Al igual que el alimento que recibe tu bebé va evolucionando a lo largo de los meses, el alimento para la inteligencia que constituye su estimulación temprana también va avanzando y desarrollándose. Respeta los tiempos y las actividades a trabajar.
- Los niños que crecen sin cariño tienen luego muchos problemas de diversa especie; por esta razón, la estimulación temprana deberá ser llevada a cabo desde el amor y el cariño, presentando:
- Una actitud tranquila y una enorme sonrisa.
- Un hogar motivador, seguro y protegido.
- Paciencia por parte de los padres y de los demás familiares.
- Cada vez que su pequeño realice un progreso, dígaselo de manera inmediata.
- Jamás lo castigue en esta primera etapa de su desarrollo, ya que su pequeño sentirá miedo a las cosas y también a las personas que lo castigan.
- Nunca se enoje ni reprenda a su hijo si éste no alcanza el objetivo que supuestamente debe lograr.
- No descalifique nunca sus avances o la falta de ellos, diciéndole que fue algo muy fácil de hacer.
- No permita que ninguna otra persona tenga para con él una actitud desaprobatoria.
- Cuantos más objetivos con los cuales entrar en contacto y experimentar tenga su hijo, más rica será su experiencia y más profundo el aprendizaje. Pero cuidado con convertir la habitación del niño en una juguetería.
- Para que su hijo incorpore un conocimiento, tiene que hacerlo por sí mismo; el adulto podrá ayudarlo, pero la meta final es siempre que logre hacerlo sólo.
- En cuanto su hijo haya aprendido a hacer algo, permita que lo haga solo.
- La curiosidad de su hijo es fundamental para su desarrollo y es importante no coartarla si no existe un peligro real.
- La repetición es fundamental para el aprendizaje a través de la estimulación.

- Las prisas y las exigencias no tienen lugar a la hora de llevar a cabo una actividad donde estemos trabajando la estimulación.
- Tampoco tiene lugar la comparación con los logros obtenidos por niños de edades similares.
- Es fundamental tener en cuenta que, aunque sea pequeño, su hijo tiene sus gustos y diferentes estados de ánimo. Algunas veces querrá jugar con unas cosas, y otras con otra. Respete esa elección.
- El padre y la madre tienen igual responsabilidad en la educación de su hijo, y ambos os tenéis que poner de acuerdo sobre cuándo reforzar o premiar comportamientos, pero también acordar cuando se deben corregir, cómo van a hacerlo y mantener sus respuestas con firmeza, no con inflexibilidad. Si no hay unidad de criterios, vuestro hijo jamás sabrá cómo comportarse.
- Establecer rutinas para las actividades diarias que llevemos a cabo con nuestros pequeños, lo que les permitirá la adquisición de confianza a partir de algo tan simple como la repetición.

